La carrera que estaba haciendo el mexicano Patricio O’Ward en la Indy 500 pasó del cielo al infierno en cuestión de segundos. El piloto de McLaren estaba en la punta tras el relanzamiento y falta de solo 10 giros pero acabó perdiendo el control de su monoplaza.
Tras el duro incidente entre Felix Rosenqvist y Kyle Kirkwood, la carrera se relanzó con Pato en el primer puesto pero muy rápido fue superado y en su hambre de recuperar la punta, Marcus Ericsson lo dejó sin espacio en una curva, por lo que tocó el pasto y ahí ya se convirtió solo en un pasajero.
El auto de Pato acabó estrellándose contra el muro del emblemático circuito estadounidense y ahí se acabaron las aspiraciones de ganar la carrera por segundo año consecutivo en las últimas vueltas y de nuevo con el sueco como gran villano.