El partido entre Madrid y Valencia tomó un momento de alta tensión, cuando al minuto 70, Vinicius se dirigió a la grada del Mestalla para señalar y encarar a un aficionado que lo había insultado de manera racista en el partido.
Todo sucedió en una jugada a balón parado del Madrid, cuando Vinicius se dirigió directo a un aficionado que le había insultado para decirle al árbitro quién era y lo que le había dicho.
De Burgos, árbitro del partido, detuvo el encuentro para hablar con los entrenadores y el delegado del encuentro para explicar lo que sucedía y el insulto que había recibido Vinicius. Mientras tanto, el delantero brasileño se acercó a hablar con Ancelotti, por si decidía salir del partido.
Una vez que el árbitro habló con los entrenadores, el sonido del estadio pidió a la afición abstenerse de insultos racistas o discriminatorios. Para luego, reanudar el partido tras 10 minutos surrealistas.