El Inter pegó primero en el derby della Madonnina con dos goles en tres minutos para poder llegar con ventaja a la vuelta frente al Milan en las semifinales de la Champions League, una llave que dará al finalista que tendrá que medirse en un partido complicado ante el ganador del Manchester City y del Real Madrid.
Para los nerazzurris fue suficiente con dos disparos de Edin Dzeko y Henrij Mjitaryán para romper con el marcador y después defender los dos goles ante un equipo con los rostros desencajados, una imagen que replicaban leyendas como Zlatan Ibrahimović y Maldini, quienes no podían creer lo que sucedía en el terreno de juego.
Edin Dzeko recibió un tiro de esquina para rematar en una especie de volea mientras la defensa del Inter reclabama que nadie pudiese haberle puesto una marca sustancial para mínimo complicar con el remate del jugador de los nerazzurri.
El problema para el Milan es que no habían pasado ni tres minutos completos cuando Henrij Mjitaryán tomaba un balón en el área grande para ingresar como agua entre una defensa desencajada que recordaba sus mejores tiempos cuando Nesta y Maldini tenían una de las duplas más temidas en el fondo.
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A los rossoneri no les funcionó los cambios de Pioli y más bien la estrategia la ganó Inzaghi, el histórico ex delantero italiano quien aprendió a manejar las emociones del partido para salvaguardar un resultado que podría poner al Inter en la final de la Champions League en una revancha de los nerazurri a 20 años de que ambos equipos se vieran las caras en unas semifinales del torneo continental, sólo que en aquella ocasión Milan acabó con la victoria, misma que replicarían en 2004-2005 en los cuartos de final del mismo torneo.
Gil Manzano, el central del partido, pitó un penal que después de una revisión del VAR determinó que no ameritaba falta contra Lautaro Martínez, una decisión que le dio respiro a los rossoneri en la primera parte. Un disparo en el poste volvió a salvar al Milan y las sensaciones fueron en su mayoría en favor de un Inter que aprovechaba la desorientación de la defensa del eterno rival, aunque al final no pudo noquear.
La vuelta es el próximo martes 16 de mayo en un partido en el que Milan tendrá la presión hasta el cuello para tratar de revertir la falta de gol, puesto que en la ida llegaron a poner el balón en el arco, un hecho que replicó el Inter que pudo conseguir más goles a favor.
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