El Real Madrid tuvo que batallar en casa para poder marcar un gol que les diera la ventaja en la ida de las semifinales ante el Manchester City, pero al final, el primer choque quedó en empate. Un resultado que no parece ser tan negativo, cuando enfrente tenían a la máquina de hacer goles, Erling Haaland.
El Santiago Bernabéu fue testigo del primer enfrentamiento que tenía Haaland con el Real Madrid, equipo que buscaba quedarse con los servicios del delantero noruego, pero que en todos los intentos falló. Un duelo bastante esperado que fue dominado por el Madrid.
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A diferencia de otros partidos, Ancelotti decidió dejar fuera a Eder Militao, dejando su lugar a Rüdiger y Alaba para intentar detener a Haaland. No era cualquier cosa, en especial cuando en la Premier, tiene 35 dianas y 12 en la Champions League, por lo que era importante tenerlo bajo control.
Una táctica que fue perfectamente ejecutada por la defensa del Madrid que logró controlar a Haaland de inicio a fin. Rüdiger tuvo dos manos a mano con el noruego, que impidió que pudiera llegar cómodo ante Courtois e incluso le quitó el balón. Alaba por su parte, evitó su llegada al marco con una barrida perfecta para que no tuviera su gol.
La presentación de Haaland quedó anulada y lo alejaron lo más posible del marco, con solo un disparo a puerta y solo tres duelos ganados de cuatro y claro sin ningún gol.
Un primer choque que le dejó en claro a Haaland quién es el Madrid cuando se trata de la Champions y ahora tendrán que encontrar un acomodo para él en la vuelta y que se pueda liberar de la presión.
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