La temperatura promedio del planeta se mantuvo el miércoles en el récord no oficial alcanzado en la víspera, el último hito sombrío en una semana que registró fenómenos extremos provocados por el cambio climático.
La media global fue de 17,18 grados Celsius (62,9 grados Fahrenheit), según Climate Reanalyzer, una herramienta de la Universidad de Maine que utiliza datos satelitales y simulaciones informáticas para medir el estado del planeta. Esto igualó el récord establecido en la víspera, luego de que el lunes se batió la marca previa con una temperatura de 17,01 Celsius (62,6 Fahrenheit).
Aunque el dato no es un registro gubernamental oficial, “nos ofrece una indicación de dónde estamos ahora mismo”, apuntó Sarah Kapnick, científica jefe de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés). La agencia estadounidense indicó que las tendrá en cuenta para sus cálculos de récords oficiales.
Los científicos suelen emplear mediciones mucho más largas — meses, años, décadas — para hacer un seguimiento del calentamiento de la Tierra. Pero los máximos diarios son un indicativo de que el cambio climático está llegando a territorio desconocido.
Aunque en algunos países hizo más frío del habitual, Quebec y Perú superaron esta semana sus récords de altas temperaturas.
En North Grenville, Ontario, la ciudad convirtió las pistas de hockey sobre hielo en centros de refrigeración mientras los termómetros alcanzaban el miércoles los 32 grados Celsius (90 Fahrenheit), con una humedad que arrojaba una sensación térmica de 38 C (100,4 F).
“Me siento como si estuviésemos viviendo en un país tropical”, dijo la vocera municipal, Jill Sturdy said. “Es como si te golpeara. El aire es muy denso”.
Beijing registró nueve días seguidos en los que los termómetros superaron los 35 grados Celsius (95 grados Fahrenheit) y el miércoles ordenó la suspensión de toda actividad al aire libre al alcanzar los 41 grados (106 F).
El miércoles, 38 millones de estadounidenses estaban bajo algún tipo de alerta por calor, dijo Kapnick.
Los científicos llevan meses advirtiendo que 2023 podría registrar un calor récord mientras el cambio climático causado, impulsado en gran medida por la quema de combustibles fósiles como carbón, gas natural y petróleo, calienta la atmósfera.
Además, apuntaron que La Niña, el enfriamiento natural de los océanos que había actuado como contrapeso a ese calentamiento, estaba dando paso a El Niño, el fenómeno inverso marcado por el aumento de la temperatura de los océanos.
“Un récord como este es una prueba más de la tesis, respaldada ahora de forma masiva, de que el calentamiento global nos empuja hacia un futuro más caluroso”, dijo Chris Field, un científico experto en clima de la Universidad de Stanford que no participó en los cálculos.
Uno de los principales factores de la situación de esta semana es el invierno excepcionalmente suave que vive la Antártida, según los datos de Climate Reanalyzer. Algunas zonas del continente y del océano próximo registraron temperaturas entre 10 y 20 grados Celsius (18 y 36 Fahrenheit) más altas que los promedios del periodo de 1979 a 2000.
“Las temperaturas han sido inusuales en el océano, y especialmente alrededor de la Antártida, esta semana porque los frentes de viento en el océano Austral empujan el aire cálido más hacia el sur”, explicó Raghu Murtugudde, profesor de ciencias atmosféricas, oceánicas y terrestres en la Universidad de Maryland y profesor visitante en el Instituto Indio de Tecnología en Bombay.
Chari Vijayaraghavan, un explorador polar y educador que ha visitado el Ártico y la Antártida de forma regular en los últimos 10 años, aseguró que el calentamiento global es evidente en ambos polos y amenaza a la fauna de la región, además de causar el deshielo que eleva el nivel del mar.
“El calentamiento del clima podría incrementar el riesgo de propagación de enfermedades como la gripe aviar en la Antártida, lo que tendría consecuencias devastadoras para los pingüinos y otra fauna en la región”, dijo Vijayaraghavan.
Sean Birkle, climatólogo de la Universidad de Maine y creador del Climate Reanalyzer, explicó que las cifras diarias no son oficiales pero ofrecen un retrato útil de lo que está ocurriendo en un mundo cada vez más cálido.
Aunque el conjunto de datos empleados para determinar el récord no oficial se remontan solo hasta 1979, Kapnick dijo que, a la vista de otros datos, es probable que el planeta esté registrando su día más más caluroso “en los varios cientos de años que hemos conocido”.
Las olas de calor, cada vez más frecuentes e intensas, alteran la vida en todo el mundo y arrojan temperaturas peligrosas.
El director de la Organización Mundial de la Salud en Europa, el doctor Hans Henri P. Kluge, dijo que el cambio climático estaba atacando al continente “a lo grande”, lo que podría provocar un retroceso de 50 años en los avances en salud pública en la región.
En junio, grandes partes de India y Pakistán sufrieron una ola de calor de varios días que dejó más de 100 fallecidos en los dos países. Las temperaturas remitieron esta semana con el inicio de la temporada del monzón.