El Modo Draft se activa en la NFL con el Scouting Combine. Los 32 equipos echan un ojo a los mejores prospectos que llegan del fútbol americano colegial.
Como siempre, los quarterbacks acaparan reflectores y hay cuatro que bien podrían salir en la primera ronda, aunque no hay un ‘imperdible’ a lo Trevor Lawrence o Andrew Luck en la generación. Y de ahí, estrellas en la línea defensiva, un corredor quizá en la primera ronda y una amplia baraja de opciones en la secundaria.
Bryce Young (QB, Alabama): el Heisman del 2021, tuvo quizá un mejor año en 2022, al no tener el talento de ediciones previas de la ofensiva del Crimson Tide. Tiene una capacidad increíble para moverse en la bolsa de protección y sacar conejos de la chistera. El problema: no tiene el tamaño tradicional de un QB. Es tamaño Russell Wilson / Kyler Murray, pero con menos corpulencia todavía. Eso ya le costó un juego por lesión el año pasado en Alabama y preocupa. El resto de herramientas (procesamiento pre y post snap, brazo, movilidad) están ahí.
C.J. Stroud (QB, Ohio State): el mariscal que movía la orquesta de receptores de Ohio State. Puso números bestiales. Se cuestionaba su caracter por las dos derrotas ante Michigan, pero las respondió con su gran partido en la semifinal ante Georgia. Puede ser el mariscal más ‘seguro’, aunque Ohio State no tiene un buen historial con quarterbacks en la NFL.
Will Levis (QB, Kentucky): en 2021, brilló en el esquema del que fue coordinador ofensivo de los Rams en 2022. En 2022, lució fatal. Pero tiene el tamaño y el atleticismo. Puede ser un mariscal franquicia… o un Blake Bortles.
Anthony Richardson (QB, Florida): el comodín de todo el Draft. Tiene las cualidades físicas que se quieren, aunque completó apenas 54.7% de sus pases en tres años en la NCAA, siendo titular hasta su última temporada. Josh Allen y Jalen Hurts tenían detractores similares. Algún equipo se enamorará de este diamante en bruto.
Bijan Robinson (RB, Texas): calificado como el mejor prospecto de corredor desde Saquon Barkley. En 2022 no hubo corredores de primera ronda, algo que debería ser el ex de los Cuernos Largos de Texas.
Devon Achane (RB, Texas A&M): un auténtico velocista, que llegó a tener récords juveniles en las pistas de atletismo. Un jugador que hacía ver lentos, en campo abierto, a jugadores del SEC.
Quentin Johnston (WR, TCU): el mejor receptor de los sorpresivos Horned Frogs que llegaron a la final. Tiene el tamaño para ser un WR1 en la liga, aunque no es el más refinado en sus trayectorias. Pese a su altura, tiene velocidad de sprinter, lo que lo hace un terror en campo abierto.
Jordan Addison (WR, USC): el mejor receptor de la NCAA en el 2021, su último año en Pittsburgh, cayó en números en USC. No tiene el físico más imponente, al ser más del corte de DeVonta Smith.
Zay Flowers (WR, Boston College): otro receptor pequeño, pero aún en un mal equipo de BC, en el que era la única opción de receptor y su QB titular se perdió media campaña, terminó con 1,077 yardas y 12 touchdowns. Proyecta como receptor interno.
Jaxon Smith-Njigba (WR, Ohio State): el año pasado, dos receptores de los Buckeyes se fueron en la primera ronda (Garrett Wilson, Chris Olave), pero fue JSN el que mejores números tuvo, incluyendo el descomunal 15-347-3 en el Rose Bowl. Solo jugó 3 partidos por lesión.
Michael Mayer (TE, Notre Dame): el mejor ala cerrada de una buena generación. El arma principal de una fábrica de la posición, Notre Dame. Más de 800 yardas sus últimos dos años, con 18 touchdowns en 36 partidos colegiales.
Paris Johnson Jr. (OT, Ohio State): el tackle izquierdo de Stroud. La competencia no fue la mejor en el Big Ten, pero nunca lució mal, ni ante Georgia en la semifinal.
Peter Skoronski (OL, Northwestern): no tiene el atleticismo y tamaño, pero tiene la técnica para ser considerado uno de los mejores prospectos y con versatilidad para jugar múltiples posiciones. Algo similar a otro ex Wildcat y ahora estrella en la NFL, Rashawn Slater.
Broderick Jones (OT, Georgia): el perfil de tamaño y fuerza que se quiere. No la mejor técnica y siempre tuvo mucho talento a su alrededor.
Will Anderson (LB, Alabama): fue un terror en 2021 (17.5 sacks, 31.0 tacleadas para pérdida). Dio un paso atrás en 2022 (17.0, 10.0), pero sus cualidades le comparan a Von Miller.
Jalen Carter (DL, Georgia): los Bulldogs perdieron a cinco jugadores del campeonato nacional del 2022 al Draft, incluyendo la primera selección, Travon Walker. El mejor de todos ellos, Carter, no podía salir porque le faltaba un año. Está en el Draft del 2023. Como algunos de sus compañeros, los números no saltan de la página (6.0 sacks en su carrera, 18.5 tackleadas para pérdida, 44 tackleadas), pero tiene los atributos físicos para ser un terror en el interior. Le comparan con Ndamukong Suh. El problema: tenía ya cuestionamientos de su carácter y durante el Combine se dio a conocer la orden de arresto por el accidente en el que murieron dos integrantes del programa de Georgia.
Bryan Bresee (DT, Clemson): problemas de salud y familiares limitaron su producción en 2022. No es el mejor atleta, pero ofrece versatilidad para presionar desde el interior. No tiene el tamaño otro ex Tiger, Dexter Lawrence, pero cuando menos se espera que sea como otros jugadores de Clemson en la liga: Christian Wilkins, Clelin Ferrell, Austin Bryant, Carlos Watkins…
Myles Murphy (DE, Clemson): tiene el tamaño y algunas jugadas espectaculares, pero también desaparecía en los partidos. ¿Jadeveon Clowney?
Tyree Wilson (DE, Texas Tech): el tamaño prototípico de un ala defensiva y su producción muestra versatilidad: 7.0 sacks cada una de las últimas tres temporadas, con 13.5 y 14.0 tackleadas para pérdida. No es el más refinado en técnica, pero los ingredientes los tiene para ser factor en todas las facetas en la línea defensiva.
Devon Witherspoon (CB, Illinois): considerado el mejor córner de la generación. Cualidades para la marca individual. En el Big Ten no enfrentó a lo mejor de lo mejor en cuanto a receptores rivales, pero tuvo 14 pases defendidos y tres intercepciones en 2022.
Christian Gonzalez (CB, Oregon): de ascendencia colombiana. Tiene el tamaño, velocidad de sprinter y capacidad de cambiar de dirección. También puede aportar en equipos especiales (3 de 4 intercepciones fueron pick six). Puede jugar cualquier esquema.
Joey Porter Jr. (CB, Penn State): sí, es el hijo del legendario linebacker de los Steelers. Tiene un gran tamaño, a lo Richard Sherman, y los rivales ni miraban a su lado: apenas permitió 68 yardas en cobertura.
Brian Branch (S, Alabama): el último QB de la defensiva de Nick Saban, que jugada ambas posiciones de safety y cubría también receptores internos, un valor agregado que busca la NFL contra la carrera desde personal ligero en defensa. No es el más fuerte. Hace de todo un poco: 3.0 sacks, 2 intercepciones, 7 pases defendidos, 14.0 tackleadas para pérdida solo en 2022. Terminó su carrera con 172 tackleadas.