Los Washington Commanders se han convertido en el siguiente equipo a la vendido en la National Football League. Tras 24 años de propiedad de Dan Snyder, el equipo tiene nuevos dueños. El precio solicitado por el empresario estadounidense fue de 6,000 millones de dólares.
El propietario de los Philadelphia 76ers, Josh Harris, aliado con la leyenda de los Lakers, Magic Johnson comandan el nuevo grupo de dueños en la franquicia capitalino. El trato que se acordo, convirtió a los Commanders en la venta mas cara en la historia del deporte.
Las críticas sobre el espacio de trabajo, el mal funcionamiento dentro y fuera de la cancha, y los escándalos financieros y personales, empujaron a los dueños de la NFL y a la afición a presionar a Snyder para vender al equipo. Con el nuevo dueño apunto de tomar las riendas, los fans de Washington se podrán despedir de 24 temporadas de caos, fracaso, y desilusión.
El inicio de la era Snyder y el fracaso del primer ‘superequipo’
Tras la muerte de Jack Kent Cooke, Dan Snyder adquirió el equipo en 1999 por 800 millones de dólares. En su momento, fue la transacción más cara por un equipo deportivo. En su primera temporada, ganaron su división, y perfilaba a hacer grandes cosas entrando a la década de los 2000.
Con grandes movimientos en agencia libre, y selecciones altas en el Draft. Washington se perfilaba como favorito para obtener su cuarto título de Super Bowl, el primero desde 1992. A través de distintos intercambios, acabaron con la segunda y tercera selección en el Draft. Los novatos Lavar Arrington y Chris Samuel se incorporaron con los veteranos Deion Sanders, Jeff George, y Bruce Smith a la plantilla comandada por el quarterback Brad Johnson.
El equipo inició con el pie derecho, registrando una marca de 6-2. Las cosas cambiaron a media temporada, y tras la octava semana entraron en una racha perdedora que los llevó a finalizar la temporada con 8-8 y el tercer lugar de su división.
Las molestias de los fans
Más adelante en la década, Snyder se transformo en una figura controversial, tras una serie de decisiones que molestaron a sus fans. Durante la Gran Recesión de los Estados Unidos, donde la economía local sufrió un gran declive, el propietario tramitó una demanda a las personas con abonos que no lo podrían pagar. Más tarde, en 2009, prohibió el ingreso de letreros hechos por los fans al estadio.
Durante toda su etapa a cargo se ha expresado el descontento alrededor de la experiencia de los partidos, los altos precios de boletos y estacionamiento, y el cobro impuesto sobre el famoso ‘tailgating’ afuera de FedEx Field previo a los partidos.
La controversia del nombre
Snyder compró al equipo cuando eran conocidos como los Washington Redskins. Entrando a la década de 2010, el mote del equipo se envolvió en controversia por representaciones racistas hacia los indios nativos americanos.
Snyder rechazó un cambio de nombre inmediato, “Nunca cambiaremos el nombre. Es así de sencillo. NUNCA-puedes usar mayúsculas”, comentó para la revista USA Today. Más adelante se rehusó a reunirse con representantes de la comunidad nativa para discutir el tema.
Fue hasta 2020 cuando 87 inversionistas pidieron a los principales patrocinadores desasociarse de la franquicia hasta que se realizará un cambio de nombre. Esta campaña, y el retiro de la mercancía del equipo de diversas tiendas, resultaron en el cambio de marca a los Commanders.
Denuncias por abuso sexual y espacio de trabajo tóxico
Durante sus 24 años en la institución, Snyder ha enfrentado críticas y denuncias sobre el ambiente laboral y la forma de operar el equipo. Ha estado involucrado en demandas por abuso sexual, y mala conducta en el espacio de trabajo.
En 2020, el Washington Post publicó una serie de artículos que en donde más de 40 mujeres acusaban a Snyder y otros ejecutivos y miembros del equipo por acoso sexual y disriminacion, desde 2006. En ese mismo año se reveló que Snyder tuvo que pagar 1.6 millones de dólares como resolución de otra demanda por abuso, hecha por una ex empleada de los Commanders.
Otra investigacion lanzada en 2021, indicó que el abuso sexual, el bullying, y la intimidación eran actitudes comunes desde la llegada de Snyder. En respuesta la franquicia fue multada 10 millones de dólares por la NFL.
El año pasado, el Comité de Supervisión y Reforma de la Cámara de Representantes lo acusó de pagar a antiguos empleados para que no presentaran sus denuncias de abusos, que incluían “mala conducta sexual, explotación de mujeres e intimidación de hombres”, tras 14 meses de investigación.
El caso más reciente fue el de la ex animadora Melanie Coburn, quien testificó que fue acosada sexualmente hasta 200 veces durante su paso por el equipo. Un ex videografo del equipo agregó que Snyder pidió una recopilación de una sesión de fotos a las porristas, en donde exponían sus zonas privadas al descubierto, sin su conocimiento o consentimiento.
Operaciones financieras
El manejo y mal uso de dinero del club, han llevado a los Commanders a ser investigados por agencias federales. En 2021, emergieron reportes de que declararon menores ingresos por boletaje ante la NFL y el IRS, con el fin de pagar menos dinero al equipo visitante y llevarse más ganancias individuales.
En 2022 el Comité de Supervisión y Reforma de la Cámara de Representantes se involucró en las operaciones del equipo, acusando a Snyder de llevar dos libros contables, el que enviaría a la liga, y el que mostraba las cifras reales. Añadieron que subía los precios de los boletos, vendiendo los más baratos al por mayor a las páginas de reventa. Esta actividad inició una investigación criminal por la Comisión Federal de Intercambio en 2022.
La temporada pasada, se filtró que Snyder contrato investigadores privados para conseguir información de la liga, los otros dueños, y Roger Goodell, en un intento de mantener la propiedad de la franquicia.
Instalaciones y trato a los jugadores
Durante los últimos años de la propiedad de Snyder, las instalaciones del equipo y el estadio han sido calificadas como las peores de la liga, al igual que el trato a los jugadores de la plantilla.
FedEx Field es un estadio anticuado y tecnológicamente desfasado a comparación de sus similares. De acuerdo a los rankings de ESPN, que lo colocan en la última posición, el recinto no es estéticamente atractivo, los puntos de vista a la cancha son malos y en ciertos sitios obstruidos, se encuentra lejos de la ciudad, y el estacionamiento es demasiado caro.
Además sufre constantes lesiones como las fugas de drenaje que han atacado a los aficionados en más de una ocasión. En septiembre de 2021, una pipa se rompió y empapó a la gente que estaba sentada debajo. El equipo rechazó que fuera agua de drenaje, pero los involucrados reportan lo contrario, el suceso se repitió en 2022. Esa misma campaña, en un partido ante Philadelphia, una barrera se desplomo y dejo caer a 8 aficionados desde una altura de 2 metros en el túnel de salida hacia los vestidores. Esto sucedio mientras Jalen Hurts, quarterback de los Eagles, pasaba por ahi.
Al igual que el estadio, las instalaciones de entrenamiento y el tratamiento a los empleados han recibido las peores calificaciones, de los mismos jugadores. De acuerdo a una encuesta realizada por los deportistas, los Commanders son el peor equipo para trabajar en la NFL.
En los resultados, Washington recibió la peor calificación posible en los rubros de gimnasio, vestuarios y viajes del equipo a partidos de visita.
Josh Harris y su equipo tendrán la difícil tarea de voltear el barco de los Commanders, y regresar a la franquicia a su mejor época. Los tres veces campeones del Super Bowl, tienen carencias en la plantilla, la cultura de trabajo, y las instalaciones, que con 6,000 millones, los nuevos dueños decidieron heredar.