Parece una tradición de cada año: un quarterback de élite cambia de equipo en la NFL. Fue Tom Brady en 2020. Le siguió Matthew Stafford en 2021. Deshaun Watson y Russell Wilson cambiaron para 2022. Aaron Rodgers cambiará para 2023, luego de concretarse su traspaso de Green Bay a los Jets de Nueva York.
Termina así la novela del quarterback con el mismo guión y ‘dirección’ que su antecesor en los Packers, Brett Favre. Eso sí, los roles cambiaron para los protagonistas. Rodgers es ahora Favre y en el rol del joven Roders está Jordan Love.
Rodgers fue elegido por los Packers en el Draft del 2005, cuando había rumores de que podía ser la primera selección, pero los 49ers optaron por Alex Smith y Rodgers cayó hasta que Green Bay le tomó con la selección 24. El plan era que el producto de los Golden Bears de California aprendiera bajo Favre y tomara las riendas cuando el legendario #4 se fuera en un año o dos, máximo.
El problema es que Favre alargó y alargó su estadía, con novelas primaverales anuales de si volvería o no. Tres años pasaron y el legendario #4 finalmente se retiró… temporalmente. Quiso volver, pero el puesto ya era de Rodgers, pese a que venían de jugar la final de conferencia.
Déjà vù en Lambeau. Rodgers no alargó hasta después del Draft su decisión en ningún año, pero el equipo ya preparaba la vida después del #12. En el Draft del 2020 subieron para tomar a su sucesor, Jordan Love, aunque venían de jugar la final de conferencia. El tema es que Rodgers se sumó a la larga lista de atletas que extienden su época dorada. Como en su momento le pasara a Tom Brady con Jimmy Garoppolo, el tener a su sucesor en espera fue un trago de la fuente de la juventud.
Rodgers ganó el MVP en 2020 y 2021, aunque contrario a Brady, ni siquiera ha vuelto al Super Bowl desde que ganó la edición XLV. Tiene los premios individuales, los números y el éxito en temporada regular, pero no pudieron dar el salto pese a tener la localía en los Playoffs esos dos años.
Green Bay estaba atado de manos contra el tope salarial. Dejar ir a Rodgers les libera de eso y permite reconstruir. La idea es que lo barato que sale Love les permita apuntalar el resto del equipo y volver pronto a pelear.
Favre se fue a los Jets con 39 años y 16 temporadas en Green Bay. Rodgers llega con 39 y 18. Nueva York espera que la historia sea mejor en esta secuela, porque con Favre se fueron 9-7, pero sin llegar a los Playoffs pese a iniciar 8-3. El veterano QB terminó lesionándose. Los Packers esperan que sí se repita: que tengan otro mariscal franquicia. La incógnita es el QB, porque prácticamente no ha jugado. Difícil de imaginar… pero se decía exactamente lo mismo de Rodgers en 2008 y, para el 2010, estaban en el Super Bowl.
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