El Manchester City pudo festejar su tercera Premier League al hilo pese a que por momentos de la temporada, el Arsenal parecía el líder absoluto de un campeonato que ellos mismos dejaron ir conforme llegaban los partidos más complicados del cierre de temporada. El conjunto de Guardiola con un Erling Haaland en un nivel fuera de lo normal alzaron el trofeo que los avala como dueños absolutos del campeonato británico.
Erling Haaland no dejó de ser perseguido por los medios de comunicación al ser uno de los jugadores que impulsaron a llevarse una temporada que parecía lejos a mitad del año futbolístico, todo gracias a los 36 goles que anotó a lo largo del torneo.
Los Citizens acudieron a el Etihad Stadium para festejar la corona que se habían ganado un día antes porque el Arsenal pinchó ante el Nottingham Forest, un resultado que matemáticamente le dio el título a un conjunto de Josep Guardiola que sólo esperaba el momento justo para celebrar el campeonato que parecía cada vez más suyo.
“Es irreal esto. No sé qué decir, no había planeado nada. Me veis sonreír mucho porque estoy muy contento“, explicó Haaland durante la transmisión internacional de Sky Sports. “Estos son recuerdos para toda mi vida, hemos luchado mucho por esto. Voy a disfrutar mucho de este día, es muy especial tener este título. Para una temporada de debut, 36 goles, un título, dos finales por delante… No tiene mala pinta”.
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Un triunfo discreto con el Chelsea, uno de los equipos con mayor irregularidad del campeonato al tener a cuatro técnicos a lo largo de la temporada, cerraron con broche de oro una temporada para el Manchester City que festejó una liga más, mientras esperan la final de la Champions League y de la Copa Inglesa en el intento de Guardiola y Haaland de hacerse del triplete soñado.
Con los compases de “We are the champions” de Queen, Grealish, Bernardo Silva, Pbhil Foden y compañía se reunieron para recibir el trofeo y las preseas que los ponen en la cima del campeonato doméstico, una de las ligas más complicadas del mundo.