El PSG oficializó la salida de Leo Messi del conjunto parisino, un anuncio que sólo necesitaba hacerse público ante los rumores que inundaban la prensa especializada sobre el futuro del delantero argentino. Si bien el jugador aún no tiene la decisión de dónde jugará la próxima temporada, lo único seguro en su entorno es que París no era opción.
Durante las últimas semanas, la información sólo manejaba tres opciones para que uno de los mejores jugadores de todos los tiempos pudiese continuar su carrera como futbolista profesional. Sin embargo, de esas tres opciones todo parece indicar que el Barcelona sería la primera que se habría caído, pese a los constantes coqueteos de los catalanes de ingresar al diez para una segunda y última etapa.
Para nadie es un secreto que el Inter Miami es uno de los que pujan más fuerte para hacerse de los servicios del sudamericano. El mismo Don Garber, comisionado de la MLS, salió en su momento a decir que la liga estaba dispuesta a mover las fichas necesarias con tal de concretar el fichaje del ex jugador del Barcelona.
Rumores hay muchos, desde que la MLS intentaría amarrar al argentino bajo el modelo de “David Beckham”, es decir ofrecerle una posible compra de una franquicia en el futuro o hasta darle acciones del mismo Inter Miami, pero lo que es cierto es que Estados Unidos es uno de los mercados interesados en el argentino.
De todos modos, la MLS no es el único destino que podría tener al argentino. Mientras el Barcelona se pelea con sus finanzas y números para llevar a Messi de regreso a dos años de su ruptura, la Liga de Arabia Saudita ni siquiera duda en el dinero porque varios medios internacionales aseguran que una oferta de 400 millones de dólares del Al Hilal estaría en el correo del sudamericano.
La decisión depende de Messi, el jugador de 35 años que está en la etapa final de una de las carreras más exitosas de este deporte y que llega con críticas por su rendimiento en el PSG durante los últimos dos años. Si el tema es económico, Arabia Saudita tiene la sartén por el mango, pero en cuanto a calidad de vida, Estados Unidos ofrece ciertos incentivos para su familia. El dilema está en el aire.