Las Chivas hicieron el milagro en el Estadio Azteca, remontando en los últimos minutos para vencer 3-1 a un América con un hombre menos. Se repite la final del Clausura 2017 ante Tigres.
Bochorno de nueva cuenta para el América en la Liguilla. Habían pasado pidiendo la hora ante el Atlético de San Luis, en casa; en el Clásico de semifinales, la roja a Fidalgo cambió la historia.
El Rebaño salió con todo a buscar la remontada del 0-1 de la ida en el Akron. Con quizá más ganas e intensidad que ideas claras, buscaron el arco de Malagón y un patinón abrió la puerta de la esperanza.
Roberto Alvarado comenzó la jugada desarmando a Zendejas a la altura del área rojiblanca, se fue de medio américa y filtró para Ronaldo Cisneros, quien sacó a Malagón, pero Sebastián Cáceres tenía ventaja para llegar al esférico… y se patinó antes de despejar, viendo como la pelota entraba rodando lentamente al arco.
En solo 20 minutos, las Chivas estaba a un gol de la hombrada, pero no hubo mayor cantidad de ocasiones y el América terminó empatando el partido en la segunda parte, en un gran cabezazo de Diego Valdés.
Chivas tenía más de media hora para buscar de nuevo dos goles. Estaban en la lona, al borde del KO, pero les salvó la campana cortesía del VAR.
El español Álvaro Fidalgo hizo una barrida temeraria e innecesaria en medio campo, llamaron al silbante a la pantallita y se decretó la expulsión.
Vida nueva para las Chivas, que inclinaron la cancha y marcaron tres veces. El primero no valió, por una falta polémica de Víctor Guzmán que invalidó el 1-2 de Cisneros. Pero apenas 3 minutos después, Alan Mozo, en un tiro libre cobrado en corto, revivió a los rojiblancos.
Chivas ya creía, América estaba a punto de turrón. Trataron de defender el resultado, pero esa faceta del juego no es la más destacada de los azulcremas y al 83′, ‘Chiquete’ Orozco puso el 1-3 que mete al Rebaño a la final.