Los números de Fernando Ortiz como director técnico son muy buenos y tanto en América como en Monterrey ha logrado poner a sus equipos en lugares protagónicos, aunque lo cierto es que le ha faltado ese último peldaño para trascender.
El Tano sabe jugar fases finales pero parece que cuando llega a la antesala de una Gran Final, las cosas empiezan a tomar tintes complicados, así lo ha demostrado en las últimas competencias en las que se ha acercado al campeonato.
La maldición del Tano comenzó en el Clausura 2022, cuando los Tuzos del Pachuca no tuvieron piedad del América y se impusieron con un marcador global de 4-1 gracias a una cómoda ventaja de los hidalguenses 3-0 en la ida con doblete de Romario Ibarra.
En el torneo siguiente, al América se le apareció el Diablo. El Toluca de Nacho Ambriz también tomó ventaja en la ida 2-1 y le bastó el empate en el juego de vuelta para volver a eliminar a los de Coapa a un solo paso de la final.
La última vez que el Tano había disputado unas semifinales fue en el torneo pasado de la Liga MX. Pese a que ahora el América sí había logrado pegar primero ganando 1-0 fuera de casa, su odiado rival, Chivas, llegó a la cancha del Azteca y le propinó una goleada de 3-1 para que justo ese día se diera el fin de la etapa de Ortiz al frente de las Águilas.
Este martes Ortiz disputó su primera semifinal con los regiomontanos, el único equipo mexicano que se mantenía con vida en el torneo y que buscaba llegar a la final pero se encontró con un Nashville que ya se ha citado para enfrentarse contra el Inter Miami de Lionel Messi.
“Es fútbol, cuando sucede ‘llegaste’, y cuando no sucede ‘no llegaste’, siempre tienen algo qué decir, entonces yo estoy tranquilo con el trabajo que hago. Siempre pueden llegar a encontrarle un pelo al huevo, es así esto, es parte de esta profesión”, destacó el entrenador este martes tras su eliminación.