El Barcelona no pudo festejar más de uno o dos minutos el título 27 de LaLiga por una invasión de campo de aficionados del Espanyol que sacaron su frustración en contra de los jugadores de Xavi Hernández, puesto que la derrota además de darles en bandeja de plata una victoria a sus eternos rivales locales, también provocó que los pericos estén a punto de descender en el campeonato de España.
Un grupo grande de aficionados entraron al campo del RCDE Stadium en cuanto pitó el árbitro al ver cómo los jugadores del Barcelona brincaban por coronarse en el campo rival tras una goleada de 2-4 en favor de la ‘Xavineta’. Minutos antes ya habían amagado con gritos en contra de la directiva: “Directiva, dimisión. Chino, véte ya“.
A pesar de los intentos de la policía de controlar a los aficionados, la gran cantidad de personas que se aglomeraban en el centro del campo era superior que la autoridad de España tuvo que concentrarse para evitar ser atacados ante el enojo de la gente que utilizó algunas sillas y vasos de bebidas para atacar a los policías.
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El susto provocó que los jugadores tuvieran que huir a los vestidores y el movimiento de la policía al verse superada en número fue quedarse mejor en la entrada a las regaderas para evitar que las cosas se salieran de control. El audio del estadio local le solicitó a los aficionados que abandonaran el campo, pero el enojo seguía presente de los seguidores del Espanyol que quedó hundido en la penúltima posición de LaLiga con 31 unidades, a cuatro del primer puesto de salvación de una temporada desastrosa para el conjunto de Cataluña.
Barcelona, fuera del susto, al menos puede presumir su campeonato número 27 que lo pone a las ocho ligas que tiene el Real Madrid, todo gracias a los goles de Robert Lewandowski, Baldé y Koundé, los artificies de la victoria sobre el Espanyol de este fin de semana.