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El tema del fútbol femenino desde la final del Mundial es el beso de Luis Rubiales a Jenni Hermoso tras la final. Un escándalo que ha incrementado con el paso de los días y las horas, con más imágenes y reportes del comportamiento inapropiado del presidente de la Real Federación Española de Fútbol.
Antes del miércoles, las únicas palabras de Jenni habían sido en un Instagram Live en el vestidor tras el partido. “No me ha gustado”. Instantes después, agregó: “Pero, ¿qué hago?”. La jugadora no habló en los festejos en Madrid y tampoco en la visita oficial con el presidente del gobierno, Pedro Sánchez.
Todo cambió el miércoles por la tarde, ya que el sindicato de futbolistas de España emitió un comunicado en el que la jugadora del Pachuca declaró: “Mi sindicato FUTPRO, en coordinación con mi agencia TMJ se están encargando de defender mis intereses y ser los interlocutores sobre este asunto”.
El resto del comunicado lee lo siguiente: “Desde nuestros asociación pedimos a la Real Federación Española de Fútbol que implemente los protocolos necesarios, vele por los derechos de nuestras jugadoras y adopte medidas ejemplares. Es esencial que nuestra selección esté representada por figuras que proyecten sus valores de igualdad y respeto en todos los ámbitos. Es necesario continuar avanzando en la lucha por la igualdad, una lucha que nuestras jugadoras han liderado con determinación, llevándonos a la posición en la que nos encontramos hoy”.
La presión aumenta para Rubiales. El viernes habría una reunión de la Federación, cuyos miembros aparentemente pensaban respaldarle, pero por las declaraciones de diversos estatutos del gobierno, podría haber un cambio y separarle del cargo.