Todo estaba preparado para un fin de semana mexicano al rededor del mundo y es que dos de los rostros del deporte azteca aparecían en primeros planos de las portadas en el planeta con Saúl ‘Canelo’ Álvarez defendiendo sus coronas de campeón indiscutido y con Checo Pérez en el Gran Premio de Miami.
Empezamos el recorrido por la mañana del sábado, en donde el mexicano dio la campanada tras un error de Charles Leclerc y logró quedarse con su segunda pole position de la temporada y apenas la tercera en su carrera, lo cual incrementó las expectativas para la carrera del domingo.
Ese mismo día pero por la noche y en Zapopan, Jalisco, Canelo regresaba para pelear en suelo mexicano tras 12 años de ausencia y lo hacía en frente de su gente, entregando un bonito espectáculo con mas de un centenar de mariachis en su caminata rumbo al centro del ring en el que se enfrentaría a John Ryder.
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A pesar de que Saúl sí logró llevarse la victoria y se mantuvo como el rey indiscutido de las 168 libras, la afición se quedó con un agridulce sabor de boca, pues todos querían que Canelo diera un show arriba del ring y acabara con su rival por la vía del nocaut.
Para el mediodía del domingo, Checo hizo una buena largada y mantuvo la punta de la carrera hasta que se topó con su coequipero. Max Verstappen dio toda una muestra de su poder en el Autódromo Internacional de Miami y aplastó a todo el mundo, relegando al piloto mexicano hasta el segundo puesto y también con esa sensación extraña que, pese a un gran resultado, pudo haber sido mejor.