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La expansión de la NBA es inminente, con Las Vegas y Seattle en el horizonte, pero eso no deja completamente en paz a los equipos de los mercados más pequeños, que tienen que lidiar con el temor de que una ciudad más grande les ‘robe’ a sus equipos.
Oklahoma City tiene actualmente la arena más pequeña en dimensiones, fue la segunda de menor inversión y es uno de los estadios más antiguos, según la revista Forbes. Conscientes de eso y con el deseo de no perder a su equipo, el ayuntamiento tiene un plan para retenerles con un nuevo estadio.
El alcalde David Holt publicó el martes en X (antes Twitter) que su gobierno ha terminado un plan para construir un nuevo estadio para el Thunder, con una inversión de 900 millones de dólares que no sería un mayor gasto para los contribuyentes de la ciudad al no incrementar los impuestos, y garantizaría que la franquicia se quede en Oklahoma City hasta 2050.
“La llegada del Thunder en 2008 cambió para siempre la forma en que el mundo nos ve y la percepción que tenemos de nosotros mismos. Lo que he escuchado de la mayoría de nuestros residentes es que quieren que siga siendo una ciudad de ‘grandes ligas’. Con este plan, ese estatus estaría garantizado una generación más”, escribó el alcalde en redes sociales.
Los fondos se recaudarían con la extensión de 72 meses más del incremento de 1 centavo al impuesto por las ventas, lo que aportaría 1,100 millones de dólares. El grupo dueño del equipo aportaría otros 50 millones y ya hay 70 millones más aprobados en fondos.
El plan no es una financiación privada, como fuera el caso del SoFi Stadium de los Rams de la NFL en Los Angeles, y será puesto a votación el 12 de diciembre.
El Thunder es el único equipo de las ligas principales (NFL, NBA, MLB, MLS, NHL, WNBA) en Oklahoma City, aunque son sede de la sucursal Triple A de los Dodgers y cada año reciben la Serie Mundial de Sóftbol de la NCAA. Se mudó de Seattle en 2008, pero años antes, la ciudad recibío a los Hornets de Nueva Orleans, luego de que el huracán Katrina afectara a Louisiana y no hubiera las condiciones para disputar partidos.
Los Hornets estuvieron a tiempo compartido entre Nueva Orleans y Oklahoma City en la 05/06 y 06/07.
Desde el 2008, el Thunder se convirtió en una de las franquicias con más talento en la NBA. Habían tomado a Kevin Durant y Russell Westbrook todavía cuando eran los SuperSonics, y en el Draft del 2009 se hicieron con James Harden, además de que llegó Serge Ibaka. Par de años después, en el 2012, estuvieron en las Finales de la NBA, aunque perdieron en cinco partidos ante el Miami Heat de LeBron, Wade y Bosh.
Dejaron ir a Harden tras esa aparición en las Finales, pero siguieron siendo contendientes. Kevin Durant ganó el MVP en 2014, pero las lesiones afectaron al equipo en la postemporada de 2013 y 2015. Llegaron a tener ventaja de 3-1 en la final del Oeste de 2016 ante los Warriors de las 73 victorias, pero Klay Thompson se encendió en el Juego 6, remontaron y semanas después, KD se fue a Golden State.
Westbrook asumió el rol estelar y fue el MVP de 2017, promediando un triple doble, aunque fueron eliminados en primera ronda de los Playoffs. Buscando un socio, Oklahoma City se hizo con Paul George, pero no ganaron ninguna serie de postemporada en sus dos temporadas en OKC.
Apretaron el botón de reconstrucción en 2019 y llegó Chris Paul, quien mantuvo el barco a flote y les metió a los Playoffs, aunque de nuevo fueron eliminados. Cambiaron a CP3 y con todos los movimientos, recibieron una enorme serie de jugadores y selecciones del Draft que les permite tener uno de los mejores panoramas a futuro.
El Thunder llegó al torneo Play In la última temporada, con un núcleo de Shai Gilgeous-Alexander (uno de seis jugadores que promedió más de 30 puntos por partido en 22/23, lo que le valió ser elegido al primer equipo All NBA), Josh Giddey, Jalen Williams y Lu Dort. El año pasado no jugó por lesión Chet Holmgren, la segunda selección global del Draft del 2022, y aún así tuvieron marca de 40-42. Todos estos jugadores tienen 24 años o menos para la próxima campaña.