Tras postergarse par de días por mal clima, el jueves fue el lanzamiento del cohete Starship de SpaceX, la compañía de Elon Musk, pero el cohete más grande y poderoso jamás construido explotó minutos después.
El lanzamiento del cohete, sin tripulación, estaba programado originalmente para el lunes, pero se suspendió cuando quedaban 8 minutos en la cuenta regresiva debido a una válvula atascada necesaria para presurizar el propulsor de la primera etapa.
Se pasó el lanzamiento para el jueves en la sede de Boca Chica, Texas. De nueva cuenta sin tripulación, encendió sus 33 motores y se elevó sobre el Golfo de México a las 8:28 tiempo local, pero estalló varios minutos después, al fallar en la fase de separación.
“Como si la prueba de vuelo no fuera lo suficientemente emocionante, Starship experimentó un rápido desmontaje no programado antes de la fase de separación”, escribió con ironía SpaceX en Twitter.
SpaceX ha sido propensa a explosiones y que les sirve de aprendizaje para cuando sean naves tripuladas.
“Con pruebas como esta, el éxito llega con lo que aprendemos y lo de hoy nos servirá para mejorar la fiabilidad de Starship con el objetivo de SpaceX de que la vida sea multi-planetaria”, agregó SpaceX en otro tuit.
El propio Elon Musk estimaba en 80% de posibilidades de que alcance la órbita a finales de año.
Starship es el cohete más grande y poderoso jamás construido, con casi 120 metros (400 pies) de altura, y tiene el ambicioso objetivo de transportar personas a la Luna en el 2025 y más adelante, a Marte.
Con información de AP