Novak Djokovic se abstuvo de dar mensajes políticos en Roland Garros tras conseguir una victoria en la segunda ronda que deparó exigencia en apenas un set la noche del miércoles, horas después que una ministra del gobierno de Francia criticó al campeón de 22 torneos de Grand Slam por hacer comentarios “no apropiados” sobre la violencia en Kosovo.
La ministra francesa de Deportes, Amélie Oudéa-Castera, advirtió al astro serbio que no volviera a opinar sobre tales temas internacionales durante el Abierto de Francia.
Cuando su victoria 7-6 (2), 6-0, 6-3 ante el húngaro Marton Fucsovics quedó sentenciada el miércoles, Djokovic escribió un mensaje en el lente de la cámara de televisión, toda una costumbre en los torneos de tenis. Optó por algo sencillo: si firma y una cara sonriente.
Un problema fue qué tan fuerte y qué tan bien Fucsovics estaba golpeando la pelota desde el principio. Otro fue el viento que hizo en el estadio principal del evento, ondeando las camisetas de los jugadores y azotando las banderas en lo alto de la arena hasta que se enroscaron alrededor de los postes. Ese aire arremolinado levantó arcilla de la cancha, lo que generó otro problema para Djokovic: el paso inestable.
Se resbalaba y resbalaba y tenía problemas para plantar los pies correctamente. Djokovic le pidió al juez de silla que agregara más arcilla a la superficie de juego. Otra queja que tuvo para el árbitro fue que los descansos entre juegos se acortaban demasiado.
Aún así, fue Djokovic quien estuvo mejor cuando más importaba contra Fucsovics, dominando el desempate.