El quarterback más atlético jamás visto llegará a la NFL en este Draft. En la primera ronda se puede ir un mariscal con apenas 13 titularidades y que completó apenas 53.8% de sus pases la última temporada.
Ambos son la misma persona.
No hay mayor incógnita en el Draft 2023 de la NFL que Anthony Richardson.
La generación 2023 no existe un prospecto imperdible en la posición más importante del fútbol americano. No hay un John Elway, Andrew Luck o Trevor Lawrence. El quarterback de los Florida Gators puede tener las herramientas para serlo, pero también tiene ingredientes de la fórmula de los grandes fracasos del pasado.
A nivel NCAA, Richardson no será recordado. En su único año como titular, los Florida Gators terminaron 6-7 y perdieron el Las Vegas Bowl ya sin su QB titular, pero sería injusto omitir que estuvo en condiciones nada favorables. El coach que le reclutó en 2020, Dan Mullen, fue despedido. Llegó Billy Napier y hubo una limpia del roster. El equipo, que en la temporada de la pandemia llevó al extremo al eventual campeón invicto Alabama, perdió talento en el Draft (Kyle Trask, Kyle Pitts, Kadarius Toney) y no lo repusieron en el reclutamiento, en el que quedaron fuera del Top 10 en 2021 y 2022 y fue uno de los motivos principales del adiós del otrora mentor de Dak Prescott, Mullen.
Richardson no formó parte de la desbandada, se quedó y dio jugadas que vuelven loco a los scouts, tanto para bien como para mal. Un día hace todo en la remontada ante Utah y al siguiente no puede completar un pase ante Kentucky.
Datos de la temporada 2022 indican que completó apenas 66.7% de sus pases de 10 yardas o menos en el aire, segundo peor entre todos los equipos de las principales conferencias de la NCAA. En total, completó apenas 53.8% de sus pases en su única campaña como titular; como referencia, solo cuatro mariscales han sido tomados en la primera ronda completando menos del 60% (Jake Locker, Daniel Jones, Josh Allen y Lamar Jackson). Otras cifras son promedio: QBR de 71.2 (#24 de 64 entre los mariscales de las cinco conferencias principales), 17 pases de anotación, 9 intercepciones y 600 yardas por tierra, con 9 anotaciones más.
Al terminar la temporada 2022 de la NCAA, Richardson estaba considerado en la primera ronda, pero en el Scouting Combine aumentó seriamente sus bonos. Fue el QB más rápido en las 40 yardas desde el 2003. Impuso récord en el salto de longitud y de altura. Es el QB más atlético jamás evaluado, mejor que Cam Newton, con la velocidad de Justin Jefferson y el tamaño de T.J. Watt, como mencionó Rodger Sherman en The Ringer. Y tiene un cañón de brazo: le pegó al techo en su Pro Day.
Es por eso que puede ser el mejor o el peor mariscal de la generación 2023. En su mejor versión, puede ser Jalen Hurts del año pasado. En su peor versión, puede ser el Hurts que fue sentado en Alabama a la mitad de la final de enero del 2018. El Tide no pudo sacar lo mejor como pasador; en Oklahoma mejoró y los Eagles vieron recompensada su fe y paciencia con un año calibre MVP y un viaje al Super Bowl.
Como todo en el Draft, dependerá de qué equipo le toma y el compromiso que tengan con él. Es probable que no dé dividendos de inmediato y, si el coach y la gerencia están en la cuerda floja, podría ser arrastrado si hay muchas modificaciones de la infraestructura. Se requiere un poco de paciencia y sortear un poco la tormenta, como los Bills en el primer año de Josh Allen, pero la materia prima la tiene. Puede hacer todo lo que quieres que haga un mariscal moderno si hay paciencia. Tiene el techo más alto que C.J. Stoud, Will Levis y Bryce Young, pero también el piso más bajo. En 5 años podría quedar como genio el equipo que le tomó… o el que optó por pasarle. Anthony Richardson es el gran dilema del Draft.