- Previa AFC Norte: Steelers, Browns, Bengals y Ravens
- Previa AFC Este: Patriots, Bills, Jets y Dolphins
- Previa AFC Sur: Colts, Jaguars, Texans y Titans
Día 4 de la previa de Claro Sports de cara al inicio de la temporada 2023 de la NFL y toca poner punto final a la Conferencia Americana hablando de la división de los campeones defensores.
La AFC Oeste pasa bajo el microscopio, en la que Kansas City lleva siete títulos divisionales al hilo. El año pasado se les daba por ‘muertos’ con la llegada de talento al resto de la división (Russell Wilson, Khalil Mack y J.C. Jackson, Davante Adams…) y respondieron ganando el Super Bowl en un año de reconstrucción.
Denver Broncos
¿Está acabado Russell Wilson? Denver apostó por Russ, buscando ser el tercer equipo al hilo que ganara el Super Bowl con un QB veterano adquirido en el mercado. Y esto definitivamente no fue el Tampa de Brady o los Rams de Stafford. Desde el primer partido se vieron problemas de gestión de Nathaniel Hackett, pero Wilson tuvo su peor temporada en la NFL: fue el peor QB en intercepciones y capturas, su peor año en EPA y success rate, y la peor conversión en tercer down pese a un calendario fácil de rivales. Peor por donde lo veas. Llega Sean Payton, un gurú ofensivo, que intentará rescatar al QB que enviaron dos primeras rondas y que le deben todavía casi 200 millones. Difícilmente algún equipo querría cambiarle y es muy caro cortarlo los siguientes tres años. No les queda de otra más que tratar de hacer que funcione.
El esperpento ofensivo de 2022 echó a perder una GRAN defensiva y será difícil replicarlo: en 2022, los Broncos anotaron 16.88 puntos por partido, cuando el promedio de la liga fue 21.9. De haber anotado solo un gol de campo más, hubieran quedado 11-6. La defensiva les sostuvo casi todo el año (sus 10 primeros rivales cayeron en bajas al total de equipo en las apuestas), hasta que quedaron eliminados y aplicaron la de ‘pa qué me esfuerzo’, ejemplificado a la perfección en Navidad, cuando Baker Mayfield y lo que quedaba de los Rams les anotaron 51. Un problema: la salud, que les perdonó en 2022 y eso rara vez se repite. Segundo, perdieron piezas clave (Bradley Chubb a mitad de campaña, Dre’Mont Jones en la agencia libre) que podría llevarles a dar un paso atrás y necesitarían varios pasos al frente del ataque.
Ya empezamos con problemas de lesiones: los Broncos no tendrán a todo su arsenal ofensivo. Tim Patrick se rompió el tendón de Aquiles. Jerry Jeudy salió en camilla desgarrado hace unos días y difícilmente estará en la semana 1. K.J. Hamler se retiró. Les quedan Courtland Sutton (su 2019 parece la excepción y no la regla) y el novato Marvin Mims. Javonte Williams eventualmente regresará de sus múltiples lesiones de rodilla, pero el equipo no tiene, en un principio, el polvorín para pelear semana a semana con las mejores ofensivas de la AFC.
Kansas City Chiefs
Mahomes no es de este planeta: sin Tyreek Hill, tras un año plagado de entregas y con la ‘solución’ de defenderle con dos safeties bien profundo, KC no era de los máximos favoritos para ganar el Super Bowl. A Mahomes le vino guango todo esto y tuvo una campaña de época (fue el mejor QB con presión, sin presión, con personal 11, con cualquier otro grupo fuera del 11, contra la carga, sin carga, con presión, sin presión, desde dentro de la bolsa de protección y desde fuera, en la primera mitad y en la segunda. Es un extraterrestre.
Travis Kelce no puede sostener esta producción, ¿cierto?: las manos son una incógnita en KC más allá del mejor ala cerrada de la historia. Viene de 110 receptores, 1,338 yardas, 12 anotaciones, pero el único otro receptor con más de 15 pases atrapados y que vuelve es Marquez Valdes-Scantling. Necesitan que alguien entre Kadarius Toney (nunca sano), Skyy Moore, el novato Rashee Rice, Richie James o Justyn Ross le haga segunda, porque no hay un solo ala cerrada de 1,000 yardas (y apenas 6 de más de 700) tras cumplir los 34, que Kelce alcanzará en octubre.
Problemas defensivos y de calendario: con Steve Spagnuolo, los Chiefs saben que quieren evitar los bombazos y optan por tentar a que les corran. Veremos qué pasa si Chris Jones, quizá el mejor tackle defensivo en 2022 en toda la NFL, no juega por su disputa contractual. El equipo debería de tener más de 188 jugadas con sus tres córners titulares (L’Jarius Sneed, Trent McDuffie, Jaylen Watson) en el campo, pero también enfrentarán una letanía de buenos mariscales (Goff, Lawrence, Fields, Rodgers, Cousins, Tua, Hurts, Allen, Burrow y los dos divisionales contra Herbert, Russ y Garoppolo). El cierre de temporada es brutal, con las últimas seis semanas siempre jugando con menos preparación que el rival. Si tienen duda de por qué nadie ha repetido como campeón desde 2003 y 2004, es por cosas como así.
Las Vegas Raiders
Josh McDaniels no es un buen entrenador: por años, McDaniels estuvo en las quinielas de entrenadores por su trabajo en New England. Resulta que todo fueron espejitos, porque en Denver se fue al fracasar con la apuesta por Tim Tebow y tiene marca de 36-58 sin Tom Brady como QB de su ofensiva en sus pasos por Broncos, Rams, Patriots sin TB12 y ahora Raiders. Tiene algunas cosas positivas (9 veces llegaron al descanso con ventaja, octavos mejores), pero muchas otras negativas, como todas las ventajas dilapidadas en la segunda mitad y último cuarto, cortesía de malas decisiones que incluían el no explotar las mejores virtudes de Derek Carr y forzar personal 11, obviando formaciones con doble cerrada, que llevaron a que su QB tuviera su peor año desde su campaña de novato.
Garoppolo puede ser exhibido fuera de la ofensiva de Kyle Shanahan: Jimmy G llega a ser el nuevo QB. Tiene marca de 40-17 como titular, pero todas menos dos fueron en San Francisco, donde Nick Mullens o Mr. Irrelevant ponen buenos números. Lejos de los brillantes designios de Kyle Shanahan, Garoppolo podría sufrir, más considerando que es uno de los peores en pases largos (siempre lideró en yardas por intento, pero cortesía a las yardas tras la recepción de sus compañeros), poco estaba en formación escopeta (algo que McDaniels busca) y su línea ofensiva es bastante peor que la que tenía en San Francisco, donde además tenía virtuosos en yardas después de la recepción. Podría ser un muy crudo despertar para Jaimito el Hermoso, que además solo un año no ha perdido partidos por lesión.
La defensa sigue siendo una de las peores de la liga: Jimmy G o quien sea su QB va a tener que poner puntos en el marcador porque la defensiva es mala, de las peores de la liga. Maxx Crosby es una estrella, pero hay pocos que le hagan segunda. Dos nombres propios, Chandler Jones y el novato Tyree Wilson, vienen recuperándose de lesiones. Perdieron a su mejor tackle contra la carrera, Andrew Billings. La secundaria es un colador carente. Les juro que no inventé ningún nombre del resto de titulares defensivos (Jerry Tillery, Bilal Nichols, Robert Spillane, Divine Deablo, Jakorian Bennett, Marcus Epps, Tre’von Moehrig, Marcus Peters y Nate Hobbs). Es una fórmula para una temporada potencialmente desastrosa y que pudiera llevar a un cambio de régimen en 2024 (que si llega Caleb Williams con Lincoln Riley, igual y no es tan malo…)
Los Angeles Chargers
Adiós Joe Lombardi y Justin Herbert será liberado: Herbert es un talento increíble, pero cada año ha ido bajando su producción. En 2022, se le podría achacar a lesiones de costillas, hombro y de media ofensiva, pero el culpable es claro, Joe Lombardi. Afortunadamente, ya no está el coordinador ofensivo que tenía a un prodigio y le obligaba a ejecutar la ofensiva del Drew Brees del brazo muerto en sus últimos días. Tenía un Lamborghini y lo manejaba solo a 10 km/h, siendo el QB que más corto lanzaba. Aún lesionado él o sus receptores, Herbert era de los mejores mariscales de la liga cuando sus pases iban hacia adelante y no detrás de la línea de golpeo. Llega Kellen Moore, quien no tiene los mejores recuerdos de los fans de Dallas, pero era limitado por Mike McCarthy, y promete lanzar por todo el campo. Dak promedió pases de 8.18 yardas en el aire; Herbert 6.42. Eligieron a Quentin Johnston con la idea de jugar ‘baloncesto sin posiciones’ y atemorizar defensivas con tres receptores altos. Esta ofensiva debería mejorar.
Devuélvannos al Brandon Staley de 2021: el primer año a cargo del coach Staley acabó en Las Vegas, al no jugar por el empate e ir en cuarta en su propio campo. El entrenador fue criticado por todos lados, aunque la gente olvida que su agresividad en cuarta les dio al menos 5 triunfos ese año. Y en 2022, presión del bullying colectivo, jugó con el arcaico y desactualizado ‘librito’ que tanto pide la gente que no sabe de matemática básica. Necesita revertir al modo 2021 para aprovechar los últimos años que Herbert saldrá barato.
¿La eterna promesa algún día se hará realidad? ¿O qué calamidad les pasará en 2023?: 12 equipos nunca han ganado el Super Bowl y los Chargers son uno de los que han desaprovechado grandes momentos. Dan Fouts y Air Coryell nunca pudieron llegar al partido grande. Llegaron con Stan Humphries en su momento para ser arrollados por los 49ers del ’94. La era Norv Turner con Rivers, Tomlinson, Gates, tampoco les llevó de vuelta. Ahora con Herbert, tienen uno de los rosters más talentosos de la liga, pero las lesiones, colapsos de equipos especiales o situaciones inexplicables les llegan a suceder. El año pasado, las lesiones ofensivas (Rashawn Slater, Corey Linsley, Keenan Allen y Mike Williams coincidieron solo en 20 jugadas ofensivas, perdiendo al último por su culpa al no guardarlo en la semana 18) y del córner de sangre mexicana, Michael Davis, en el colapso en Jacksonville en los Playoffs. En teoría habría mejor coacheo, pero difícilmente alguien siente confianza en elegirles para ganar el Super Bowl, pese a todo el talento.