La llegada de Jimmy Garoppolo a los Raiders era una de las sorpresas de la temporada baja de la NFL, pero con el paso de los días su posibilidad de jugar se fue complicando y hasta hace unos días se reveló que el quarterback se sometió a una cirugía por una lesión en el pie.
Esta lesión, según los informes de ESPN, podrían complicar su aparición en la primera jornada, pero al ser un procedimiento grave, el equipo se blindo. Según reportes de Pro Football Talk, quienes obtuvieron el contrato de Garoppolo, revelan que hay una cláusula en la que el quarterback acepta renunciar si no logra pasar los exámenes médicos tras la cirugía.
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En el segundo párrafo del contrato, Jimmy G acepta y “renuncia expresamente al riesgo de sufrir más lesiones, incluida la posible incapacidad permanente” al continuar su carrera. “El jugador también entiende que dicha condición ha disminuido su capacidad para jugar fútbol profesional y que continuar jugando fútbol profesional puede resultar en el deterioro, agravamiento o nueva lesión de las condiciones existentes que hacen que el Jugador sea físicamente incapaz de realizar los servicios que se requerirían del jugador en el Contrato de Jugador de la NFL.
En el documento se revela que el quarterback asume todos los riesgos de seguir jugando tras su cirugía, además de que deslinda a los Raiders de cualquier otro daño que pueda tener.
En su contrato original, Garoppolo tenía un bono de $11,25 millones y un salario base de $11,25 millones para el 2023, pero la lesión provocó que se eliminara el bono y que los $22,5 millones completos serían su salario base para la temporada.
Todo esto solo será entregado a Garoppolo hasta que pase el examen físico, además de que los Raiders lo pueden cortar por cualquier motivo relacionado con la lesión.