Oak Hill está teniendo un poco de todo en este PGA Championship. En cambio, Scottie Scheffler ha conservado un desempeño constante y ha mostrado que se está habituando a buscar trofeos en majors.
Un retraso del comienzo por el hielo en el césped impidió concluir la ronda del jueves. El viernes por la mañana hubo en cambio calor y viento antes de que la lluvia hiciera que aparecieran los paraguas por la tarde.
Scheffler fue tan regular como siempre, con una tarjeta de 68 golpes, dos debajo del par, que le permite compartir la cima con Corey Conners y Viktor Hovland.
“Éstas son las posiciones en las que quiero estar”, dijo Scheffler. “Me presento en los torneos para tener la mejor actuación posible. Estoy orgulloso de cómo lo he hecho en los primeros días y me emociona estar en una buena posición para el fin de semana. Una vez dicho esto, voy a mantener la cabeza abajo para concentrarme en seguir haciendo lo mismo”.
Hovland, quien compartió el primer puesto tras 54 hoyos en St. Andrews el verano pasado, se está acostumbrando también a esto. Erró sólo un golpe en el comienzo de su ronda inicial de 67 y cerró con el hierro 7 para salir de la maleza mojada y espesa, a unos cinco pies, lo cual le valió un birdie. Fue su décima ronda consecutiva en majors en la que ha cerrado el día entre los 10 mejores en la tabla de marcadores.
Conners tuvo una tarjeta de 68. En un momento edificó una ventaja de dos golpes, hasta que tuvo que confiar en su juego corto para compensar algunos drives fallidos y algunos hoyos complicados en la primera mitad.
Los punteros están en 135 golpes, cinco bajo par. Tienen ventaja de dos sobre Bryson DeChambeau (71) y Justin Suh (68).
Los siete primeros llegaron desde el mismo lado del cuadro. Entre ellos figura Brooks Koepka, quien se anotó un 31 en los últimos nueve hoyos de su ronda de 66. Tuvieron un retraso de dos horas, debido a las temperaturas gélidas y a la capa de hielo que se formó sobre el césped.
Evitaron el viento del viernes por la mañana y luego vieron cómo las lluvias le restaban algo de velocidad a Oak Hill.
“La lluvia… afortunadamente no se juntó con viento, así que eso nos ayudó en cierto modo”, dijo Hovland. “Con esa lluvia, la pelota se quedó un poquito corta, y si estás en el rough, éste tiende a encontrarse más anegado. Al final, los greens fueron más suaves, y uno puede ser un poquito más agresivo quizás”.