Patrick Cantlay mantiene vivas las esperanzas de USA pese a la ventaja de Europa en la Ryder Cup

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Estados Unidos se acerca en la Ryder Cup | AP

 Europa mantiene el control de la Copa Ryder de golf gracias a una de las victorias más desiguales en la historia y que dejó Scottie Scheffler entre lágrimas.

Los estadounidenses aún tienen esperanzas gracias a Patrick Cantlay. Tuvo birdies en los últimos tres hoyos del final fourball del sábado. Con un putt de 45 pies para birdie que pasó sobre una cresta y cayó dentro, le propinó su primera derrota a Rory McIlroy.

“Si hay algún torneo en el mundo que se trate de tener momentum, es este”, reconoció el capitán de Estados Unidos Zach Johnson.

Pero aún tienen una gran montaña que escalar en Marco Simone. Europa mantiene ventaja —10 1/2-5 1/2— y nunca equipo ha remontado de una ventaja mayor a cuatro puntos antes de la ronda del domingo de 12 duelos individuales.

Pero se torno tenso al final. Cantlay fue el blanco de los miles de seguidores europeos, quienes agitaron sus gorras hacia el estadounidense, quien no portaba una. Esto en respuesta a un extraño reporte de Sk Sports que dijo que se rehusó a usar una gorra en protesta por no recibir un pago. También indicó que Cantlay había fracturado el vestuario. Pero el golfista dijo que no usó una debido a que no le quedó bien —como en Whistling Straits.

En cuanto a la unidad del equipo, los estadounidenses se reunieron en el hoyo 18 y cuando cayó el putt de Cantlay, sus compañeros agitaron sus gorras. McIlroy estuvo visiblemente molesto afuera del clubhouse y Jim “Bones’ Mackay, el caddie de Justin Thomas, intentó intervenir.

Europa abrumó a los estadounidenses en la mañana en el foursome. Nadie fue tan dominante como la dupla escandinava de Viktor Hovland y Ludvig Aberg. Sólo necesitaron de 11 hoyos —2 horas y 20 minutos— para superar a Scheffler y Brooks Koepka.

La victoria 9 a 7 fue la más amplia en la historia de la Copa Ryder de golf a 18 hoyos. Scheffler, el número uno del mundo, fue visto limpiándose las lágrimas mientras observaba el foutball de la tarde.