Los torneos majors de golf no son nuevos en Oak Hill. La joya de Donald Ross en el norte del estado de Nueva York ha albergado ya tres ediciones del US Open, tres del PGA Championship y la Copa Ryder.
Y sin embargo, el regreso del PGA Championship a este club parece un debut. Parte de ello tiene que ver con el mítico campo Este.
Oak Hill siguió alejándose de sus raíces relacionadas con Ross —el club se remonta a 1901—, a tal grado que finalmente atravesó por un proyecto de remodelación, tan ambicioso que será difícil reconocerlo para cualquiera de los 32 golfistas que han jugado las dos ediciones anteriores del PGA Championship realizadas ahí.
Tres hoyos no estaban ahí en 2013, el último año en que el PGA Championship se llevó a cabo en Oak Hills. Se retiraron árboles, se abrieron campos de visión y opciones de recuperación. Las trampas de arena son pronunciadas e inmisericordes, como lo que tenía en mente Ross.
Y parte de la novedad en este PGA Championship tiene que ver con el calendario.
En 2017, la PGA anunció que mudaría su prestigiado torneo a mayo, una decisión que derivaría en la eliminación de los campos del norte como posibles sedes. Oak Hill tenía ya asegurada la realización del certamen de 2023, como el único obstáculo antes de una serie de torneos en climas más cálidos.
¿Alguien imagina un major en mayo, sobre un campo ubicado una hora al oriente de Buffalo?
Kerry Haigh, jefe de campeonatos de la PGA, ha abierto recientemente las conversaciones con el personal de Oak Hill con la misma pregunta que ocupa la mente de todos: “¿Cómo está el clima?”.
“En las últimas seis semanas ha habido más conversaciones de lo normal con el superintendente, verificando las condiciones meteorológicas, qué crece y qué no”, dijo Haigh, quien resaltó que en el área de Rochester cayeron unas 45 pulgadas (1,14 metros) de nieve este invierno.
La Madre Naturaleza, que genera siempre incertidumbre en el golf, parece haber cooperado por ahora.
Hubo una semana de calor atípico y varias de lluvia. La combinación llevó a que hubiera suficiente césped en el terreno y hojas en los árboles.
Se esperan temperaturas de unos 60 grados Fahrenheit (15 Celsius) el jueves, cuando comience la edición número 105 del PGA Championship. Las condiciones serían suficientemente placenteras para que no haya demoras ni aglomeraciones entre los golfistas que busquen el Wanamaker Trophy.
Son estupendas noticias para Scottie Scheffler.
“Nunca he jugado en Oak Hill”, dijo. “He ido a Rochester una vez para un torneo amateur, y fue en junio. Recuerdo que hacía bastante frío”.
Lo que no ha cambiado es la fortaleza de los adversarios.
El PGA Championship se conoce por tener el grupo más fuerte de participantes entre los cuatro majors. Esta vez no será la excepción.
Noventa y nueve de los 100 mejores jugadores del ranking mundial acudirían a Oak Hill. La excepción es Will Zalatoris, quien ha quedado fuera por toda la temporada debido a una cirugía de espalda. Tampoco estará Tiger Woods, quien se sometió el mes pasado a una cirugía en un tobillo y se perderá probablemente los otros dos majors del año.
El grupo de 156 participantes incluye a 17 golfistas que son parte de LIV Golf, la serie financiada por Arabia Saudí. Se trata de un miembro menos respecto de los 18 que participaron entre los 89 jugadores del Masters el mes pasado.
Una pregunta que se hacía antes del año era cuál sería el desempeño de los jugadores de LIV Golf ante más de 48 rivales, quienes lucían con mayor fortaleza. Si el Masters sirve de base, la pregunta es ya improcedente.
Brooks Koepka, cuatro veces campeón de majors, tenía la ventaja tras 54 hoyos en el Augusta National, hasta que Jon Rahm le dio alcance en la ronda final.
Koepka quedó segundo junto con Phil Mickelson, quien hace apenas dos años fue el ganador de un major con mayor edad en el golf, al conquistar el PGA Championship en Kawah Island. Patrick Reed empató en el cuarto peldaño.
¿El hecho de conocer el Augusta National tan bien fue lo que permitió hacer un papel tan bueno a Mickelson, tres veces monarca del Masters? Oak Hill podría ser el sitio para validar eso.
Koepka, quien reveló recientemente que su esposa espera a su primer hijo, parece también haber recuperado su nivel en los majors. En 2018, cuando se coronó en Bellerive y un año después, al obtener el título en Bethpage, se unió a Woods y Padraig Harrington como los únicos golfistas en hilar cetros del Campeonato de la PGA en la modalidad de acumulado de golpes.
“Me gustan los majors. Me gusta la disciplina y la fortaleza mental que requieren”, dijo Koepka.