Estados Unidos regresa en el verano para defender las coronas de los dos torneos más importantes de la Concacaf. La selección se robó la corona hace dos años y no ha permitido que México vuelva a tomar el control, pero este 2023 el panorama es diferente y con varias complicaciones.
Tras el Mundial 2022, USMNT tuvo que empezar casi de cero su proceso, pues aunque se mantienen los mismo jugadores, la salida de Gregg Berhalter, puso fin a un exitoso proceso en con la selección mayor. Primero, Anthony Hudson tomó su lugar como interino, pero luego de hacerse cargo de unos partidos, decidió hacerse a un lado.
BJ Callaghan tomó su puesto y en menos de un mes su misión va a ser enfrentar a México en las semifinales de la Nations League y llegar a la final para defender la corona. Un reto nada sencillo, pues tendrá muy pocos días para trabajar con el equipo para poder darle forma y un plan de ataque.
A eso se suma que los jugadores estrellas de la llamada generación dorada vienen de una temporada complicada en Europa. Christian Pulisic apenas tuvo minutos en el Chelsea y se quedó con un solo gol y una asistencia en la Premier League en 24 partidos.
Sergiño Dest se quedó sin actividad al no convencer al entrenador del Milan tras su traspaso del Barcelona. Aaronson, McKennie y Tyler Adams, pasaron una temporada para el olvido con el Leeds United, equipo que descendió en la Premier.
Los únicos jugadores que destacaron en sus equipos fueron Ricardo Pepi, Folarin Balogun y Alejandro Zendejas, quienes serán las piezas claves en sus respectivos torneos.
USMNT tiene un camino complicado en el verano para defender su trono del acecho de México, uno que no quiere perder pese a tener un proyecto tambaleante.