La Premier League ha quedado a merced del Manchester City. Los Sky Blues tuvieron una noche tranquila para aplastar al Arsenal por marcador de 4-1, para ponerse a solo dos puntos del liderato pero con un par de juegos menos, por lo que ya solo dependen de sí para alzarse como campeones de la temporada.
Apenas al minuto siete se acabaron las ilusiones de los Gunners. Tras un pelotazo largo, Haaland bajó la pelota en el medio campo y sirvió para Kevin De Bruyne, quien no lo pensó mucho y fue al arco, abriendo el marcador para el City.
El primer tiempo fue de autentico dominio Cityzen, pudiendo marcar al menos un par de anotaciones más para sentenciar el juego. Ya en el añadido, Stones apareció en el área para rematar de cabeza y mandarla al fondo de las redes, anotación que había sido anulada por el abanderado por fuera de juego pero que finalmente se vio validada por el VAR.
Ya en la segunda mitad, tras una brutal falla de Haaland, demostrando que sí es humano, el noruego tuvo una nueva oportunidad y la volvió a ceder para De Bruyne, quien recibió dentro del área y definió cruzado para ahora sí sentenciar un juego que no parecía de los punteros ante la diferencia plasmada en el campo.
El ritmo del juego no cambió en lo absoluto y los comandados por Guardiola tuvieron el control total de las opciones. Pep decidió sacar a De Bruyne faltando 10 minutos para el final y el belga fue ovacionado por toda la tribuna del Etihad.
De nueva cuenta en el tiempo agregado, Erling Haaland hizo gala de su poder la ofensiva y con un disparo potente dentro del área puso el cuarto y definitivo en favor de un cuadro local que festejó en grande los tres puntos.