El Rey del 1-0 lo volvió a hacer. El Barça venció por la mínima a Osasuna, que resistió una hora con un hombre de menos pese a tener la mirada puesta en el Real Madrid y la final de la Copa del Rey. Parecía que los rojillos rescataban un punto de oro en la pelea por Europa, pero un disparo de tres dedos de Jordi Alba al 85′ le dio la victoria a los culés, que podrían coronarse el fin de semana, si la suerte cae de su lado.
Estaba siendo una de esas tardes de pesadilla para los culés, de monopolio de la pelota, pero sin premio. Xavi repitió el XI de la goleada al Betis, dejando a Dembélé en el banquillo, pero estaban todos los demás: Christensen, Pedri, De Jong, Lewandowsi…
Osasuna planteó un partido compacto y sin espacios, arriesgando a posibles pases al espacio y así fue como llegó la expulsión del canterano Herrando, quien vio a Pedri recibir tras ganar las espaldas. Faltaban unos 25 metros al arco, el control no fue el mejor, pero hizo la tackleada que le valió la roja.
Gavi, que se torció la rodilla 10 minutos antes de la expulsión, no pudo terminar la primera parte y entró Ansu Fati. Siguió el dominio culé, pero entre rebotes fortuitos, malas definiciones y falta de espacios, el Osasuna llegó a la recta final con opciones de robarse un punto o quizá más, porque a la contra llegaron par de veces frente a Ter Stegen, pero el meta alemán estuvo a la altura.
Lewandowski pensaba tener el gol de la victoria al 79′, pero Ferran estuvo adelantado en la jugada previa y el VAR echó para atrás el gol. Se acercaban los fantasmas de otra noche sin suerte de cara a portería hasta que apareció un centro por derecha, De Jong prolongó para Jordi, que la prendió y sorprendió a primer palo a Aitor Fernández, suficiente para la victoria.