El VAR volvió a hacer de las suyas durante el enfrentamiento entre el Barcelona y el Athletic debido a que el cuerpo arbitral decidió anular una anotación en favor de los locales que a la postre significó la derrota dentro del marco de LaLiga.
El problema es que la decisión arbitral entra en contradicción con lo que el mismo reglamento dicta y lo peor del caso es que esta polémica surge justo cuando el conjunto catalán busca salir librado del escándalo Negreira.
El Barcelona en el “Caso Negreira”
Una investigación trata de verificar si existió un conflicto de interés y corrupción por parte del Barcelona, equipo que habría depositado algunos pagos a Enríquez Negreira, ex vicepresidente del Comité Técnico Arbitral, cuando éste aún estaba en funciones y que cesaron cuando salió del cargo, de tal manera que las redes sociales ya juzgan dicha relación ante supuestas ayudas arbitrales para el equipo culé.
Toda esta maraña entre el Barcelona y los cuerpos arbitrales no podía estar peor porque este fin de semana salió librado del empate ante el Athletic tras una deliberación de Gil Manzano, quien anuló un remate de Iñaki Williams en el filo del final del partido que significaba el empate en San Mamés que habría complicado LaLiga.
El gol anulado del Athletic y lo que dice el reglamento
Gil Manzano decidió anular el gol de Iñaki William al determinar que una mano le otorgó la posibilidad de que el Athletic de Bilbao pudiese llegar a la portería contraria, una decisión que de inmediato causó polémica en San Mamés porque los aficionados creyeron que el árbitro los había perjudicado.
De acuerdo con el reglamento, el gol tuvo que subir al marcador porque una anotación derivada de una mano puede ser anulada siempre y cuando tenga un efecto inmediato. “Si el balón, después de tocar accidentalmente un jugador en mano o brazo, es rematado por otro compañero y marca gol, éste será válido”, dictan las reglas.
La única razón por la cual existe una anulación por parte del árbitro es si el jugador golpea o toca con la mano el balón e inmediatamente lo mete en la portería, sea accidental o no el movimiento.
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