Milan no pudo rememorar el “Milagro de Estambul” al caer a manos de un Inter que cobró venganza a 20 años de haber perdido en las mismas circunstancias en las semifinales de la Champions League.
A pesar de que los Rossoneri cambiaron el sistema defensivo del partido de ida a un estilo más vertical ante la urgencia de llegar con dos goles en contra, el Inter no tuvo piedad de esperar el momento indicado para rematar a portería y ponerle una losa fulminante a sus eternos rivales, que pese a las intenciones, el fútbol no les alcanzó.
Hace 20 años, el Nerazzurri caía en las semifinales con un gol de visitante de Andriy Shevchenko, una derrota que se replicó en los cuartos de final del 2004/2005 con otra victoria del Milan, así que la espina del Il Biscione estaba lo suficientemente clavada para sentir un alivio en el momento en el que pitó el árbitro el final de esta nueva edición.
Lautaro Martínez fue el encargado de tener el derechazo que fulminó a un Milan moribundo, el equipo que dejó demasiados espacios atrás al tratar de empatar un marcador casi imposible. Con cinco disparos de los cuales uno solo fue a portería, el conjunto Rossoneri nada más no le hizo daño a sus rivales que esperaban con el cuchillo entre los dientes.
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El delantero argentino recibió un balón en el sector izquierdo para rematar un cañonazo que se le fue a Maignan entre las manos. El rostro de los defensas era suficiente para entender que el partido se había terminado a poco más de 15 minutos del final.
Milan apenas tuvo una oportunidad cuando comenzaba el partido que quizá le hubiese dado un tanque de oxígeno, pero Onana decidió recostarse en el momento justo para detener un disparo de Brahim Diaz que iba sin suficiente fuerza para quebrantar las redes de los nuevos finalistas de la Champions League, aquel conjunto que sumó su último título internacional cuando Mourinho le dio una clase magistral al Barcelona de Josep Guardiola en semifinales y al Bayern en la final.