El Atleti vence al Feyenoord sin Santiago Giménez con polémica y un golazo de chilena de Griezmann

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El Atlético de Madrid gana 3-2 al Feyenoord | REUTERS/Isabel Infantes

Sufrir está en el ADN del Atlético. Con equipo completo o con múltiples ausencias como el martes, no hay descanso en 90 minutos para el equipo de Simeone, que consiguió la victoria que la Lazio le quitó en el último suspiro en su debut en Champions, la consiguieron contra el Feyenoord, 3-2, sudando la gota gorda hasta el último instante, pero ahora no hubo remate del portero rival que lo evitara.

Lo que sí hubo fue polémica, golazos y sufrimiento, desde luego, porque a instantes de llegar al descanso, olía a tragedia en el Metropolitano. Las bajas de Giménez, Savic y Söyünçü se hicieron notar con una desventaja 1-2. Y luego, llegó un golazo de chilena de Griezmann para el empate y un tanto de Morata iniciando la segunda parte. Luego hubo que resistir.

Antes de eso, llegó la primera calamidad para el Atleti, cortesía de un autogol de Hermoso luego de que un tiro rebotara en Oblak. La fortuna, o más bien el reglamento, les sonrió para el 1-1, porque un claro fuera de lugar de Saúl parecía borrar el empate de Morata, pero como la barrida del defensa redirigió el balón y el 8 técnicamente no participó, el VAR dio por bueno el empate.

Hubo opciones en ambos arcos. Trauner salvó en la línea al Feyenoord y luego Hancko puso el 1-2 en un remate de volea en un tiro libre frontal.

Esas bajas en defensa casi ponen a los colchoneros contra la pared en la Champions, pero llegaron dos goles psicológicos. El primero, el de la chilena de Griezmann antes del descanso y Morata firmó su doblete iniciando la segunda parte, en un centro de Nahuel Molina digno de enseñar en las academias, que puso el balón por delante de los defensas y el delantero remató con la planta del zapato.

El Feyenoord tuvo múltiples ocasiones para empatarlo. Paixao y Minteh tuvieron varias, pero Oblak y un poco de fortuna salvaron al Atleti, que es líder del grupo.