Los Texas Longhorns fueron a Tuscaloosa a pegarle al número 3 de la nación, Alabama, 34-24, consiguiendo su victoria más importante desde el legendario Rose Bowl del 2006, en el que Vince Young acabó la dinastía de USC, cobrando además venganza por la remontada del año pasado a manos de Bryce Young y, sobre todo, por la derrota en el campeonato nacional del 2010, cuando Colt McCoy salió lesionado en el primer medio.
Desde que Young dejó Austin tras ganar el campeonato nacional, han pasado 17 años temporadas con la misma incógnita: ¿Texas está de regreso? Parece que finalmente en 2023 la respuesta es afirmativa, aunque la temporada es joven y puede que sea el Crimson Tide menos talentoso desde los primeros años de Nick Saban, que desde que llegó en 2007, solo tenía una derrota en casa por más de una anotación y fue en ese primer año, ante Louisiana-Monroe, al cierre de la campaña, cuando se habían quedado sin opciones de pelear por nada en el SEC.
Texas debió ganar con mayor comodidad, pero se complicaron en serio en el tercer cuarto. De hecho, llegaron al último periodo perdiendo por tres puntos, pero en 70 segundos anotaron dos touchdowns para darle la vuelta y encaminar la victoria.
Jalen Milroe echó más leña al fuego a las dudas sobre su puesto como QB titular de Alabama al lanzar dos intercepciones y anotar solo 6 puntos en el primer medio, pero Texas no pudo romper el encuentro. Lo ganaban 13-3, cuando dieron vida al Tide al manejar mal el reloj y permitir un gol de campo en la última jugada de la mitad.
Los Longhorns fallaron un gol de campo y entregaron el balón en downs en sus primeras dos series tras el descanso, permitiendo la voltereta con un pase de 49 yardas de Milroe a Jermaine Burton. Así llegaron 16-13 arriba al último cuarto.
Menos de un minuto pasó en el último cuarto y Texas recuperó la ventaja, con pase de Quinn Ewers con Adonai Mitchell, seguido de la segunda intercepción de Milroe que dejó la mesa puesta para un touchdown terrestre de Jonathon Brooks en la siguiente jugada.
Alabama recortó a 27-24, pero la defensa le falló a Nick Saban. Ewers lanzó su tercer pase de anotación de la noche, de 39 yardas con Adonai Mitchell, y el Tide cae por primera vez desde el 2003 en las primeras dos semanas del año.
La temporada no está perdida para Alabama, pero se quedan sin margen de error, ya que en la era del College Football Playoff, ningún equipo ha llegado a semifinales con dos derrotas. Texas consigue una victoria que elevará su CV pensando en llegar por primera vez a semifinales, pero su calendario tiene varias minas en el camino, con visitas a Baylor, TCU y Iowa State, además del Red River Rivalry en el Cotton Bowl ante Oklahoma.