El Gran Premio de Bahrein dio inicio a la nueva temporada de la Fórmula 1. En la primera carrera del año, el campeón defensor, Max Verstappen se quedó con la victoria. Su compañero de equipo en Red Bull, Sergio Pérez, entró en la segunda posición a 11 segundos del neerlandés, y Fernando Alonso completó el podio con una diferencia de 38 segundos del ganador.
Después de la carrera, se filtró un audio de la comunicación entre Verstappen y su equipo mientras corría las últimas vueltas. El ingeniero Gianpiero Lambiase pedía al número 1 que redujera la velocidad, porque tenía una cómoda ventaja sobre el resto de los competidores. El dos veces campeón del mundo, volvió a desobedecer instrucciones directas y se rehusó a desacelerar por miedo de que Checo lo alcanzara.
Ingeniero: “Target 37.0”.
Verstappen: “Mmm… No me importa ir más lento, pero solo si ambos vamos más lentos“.
Ingeniero: “No estás compitiendo en este momento, Max. Así que el target es 37.0, por favor”.
Ingeniero: “Max, estás viendo +0.7 en el ‘dash’. Me voy a aburrir de esto, así que, por favor, hazlo”.
Esta conversación puede indicar la falta de confianza de Max hacia su compañero, con quien ya ha tenido cruces desde la temporada pasada. Tras el Gran Premio de Brasil, donde Verstappen no permitió pasar al mexicano, que necesitaba los puntos para escalar en el campeonato individual, Pérez comentó:
“Siempre es importante trabajar en equipo, pero si veo que yo no recibo apoyo cuando lo necesite, tampoco lo daré yo“.
La constante desobediencia del neerlandés es claro indicio de una lucha de egos dentro de la escudería, que podría presentar un problema de cara al resto de la temporada para Red Bull.
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