El dueño de las calles en la Fórmula 1 se llama Sergio, se apellida Pérez y todos lo conocen como Checo. El piloto mexicano de la escudería Red Bull salió desde el tercer puesto pero logró demostrar su dominio en los circuitos callejeros para alcanzar la victoria en el Gran Premio de Azerbaiyán, su pista favorita en todo el calendario.
La largada no tuvo inconvenientes para los pilotos de punta y todos llegaron a la primera curva tal y como habían largado pero Checo volvió a mostrar la paciencia del sábado y en el quinto giro superó a un Charles Leclerc que también acababa de sufrir el rebase por parte de Verstappen.
Para la vuelta número 10, Verstappen se quejó de estar sufriendo problemas con su auto que lo hacían derraparse, una situación que lo llevó a los pits para cambiar neumáticos muy temprano y ahí Checo Pérez tomó el liderato de la carrera.
De ahí en adelante el mexicano no perdió la punta y, pese a que Verstappen logró venir de atrás para meterle presión en la parte final de la carrera, pudo alzarse con su quinto podio en el circuito de Bakú desde 2016, cuando aún era el Gran Premio de Europa.
Con este resultado, Pérez se acerca a su coequipero, quedando a solo seis puntos tras un fin de semana fantástico, en el cual solo le faltó un punto por la vuelta rápida para llevarse el máximo que estaba disponible en un Gran Premio que estrenó formato.