Nadie puede tocar a Naoya Inoue. El japonés mantuvo el invicto, terminando en el octavo round al ex campeón del peso súper gallo Stephen Fulton en su pelea del martes en la Ariake Arena.
La pelea, aplazada dos meses en mayo cuando Inoue sufrió una lesión en los nudillos, era el siguiente gran objetivo del mejor libra por libra del mundo y volvió al escenario donde unificó los cinturones del peso gallo ante Paul Butler en diciembre. Dejó vacantes todos los títulos un mes después, enfocándose en la siguiente división.
La pelea terminó como 21 de las 24 anteriores de Inoue: el nócaut. Cuando quedaban menos de 1:50 del octavo asalto, todo terminó. Un minuto antes, una brutal derecha seguida de un impacto de zurda mandaron al estadounidense a la lona. Se levantó, buscando ser salvado por la campana, pero el japonés olía sangre en el agua y lanzó una ráfaga de golpes que obligó al referee a parar la pelea.
Pese a tener una desventaja de tamaño, el japonés dominó de inicio a fin la pelea, como muestran las tarjetas, que leían 68-65 y doble 69-64 antes de que Inoue no dejara dudas de nada. El castigo fue serio: Inouoe aterrizó 30.1% de sus golpes y 38.9% de golpes de poder, según Compubox.
Inoue suma los cinturones súper gallo del Consejo Mundial de Boxeo y de la Organización Mundial de Boxeo a su extenso palmarés, que incluía títulos en minimosca, súpermosca y gallo.