Desde que inició el Clásico Mundial de Béisbol y con los rosters confirmados, había un duelo que todo mundo quería ver. El enfrentamiento entre los compañeros y amigos, Mike Trout y Shohei Ohtani, se calificó con el duelo soñado y por fin llegó, de la manera más dramática cantando el último out del torneo.
Tener a Ohtani y Trout frente a frente tardó en llegar y fue al final de juego. Estados Unidos había recortado distancias una entrada antes y el lanzador japonés fue el cerrador y relevista por primera vez en su carrera en Grandes Ligas y la primera desde el 2016 con Japón. Lo que levantó la tensión pues una sola carrera empataría el juego o podría caer una voltereta.
Ohtani tuvo problemas en su primer enfrentamiento. Se midió a McNeil a quien le dio la base por bolas. Mookie Betts llegó al turno y sacó un batazo al campocorto que la novena de japonesa logró sacar con un doble play. Y fue cuando el esperado enfrentamiento se dio.
Trout seguía en el orden al bat y duró solo seis lanzamientos. Una bola, un strike, una bola y luego otro strike y una bola para llegar a cuenta máxima. El último fue el ponche con un lanzamiento de 87 mph para darle la corona a Japón.
Los Samurais, el gigante del Clásico Mundial, acabó con los estadounidenses para coronar un torneo 7-0. Una victoria perfecta ante el rival perfecto para dejar en claro de quién es el trono.