El juego en Cleveland entre los White Sox y los Guardians tuvo los ánimos a tope cuando José Ramírez se fue a los golpes con Tim Anderson, provocando que los dugouts se vaciaran.
Todo sucedió en la sexta baja, cuando Ramírez se deslizó para llegar salvo a segunda y robarse la base, Ramírez le dijo algo a Anderson y se empezaron a insultar. Anderson soltó un golpe de izquierda que casi hizo caer al jugador de los Guardians.
De inmediato las bancas se vaciaron para intentar separar a los jugadores, pero Ramírez logró conectar con un golpe al rostro de Anderson que lo hizo caer, provocando el enojo de sus compañeros que intentaban separarlos.
Una vez controlado el pleito, Anderson y Ramírez fueron expulsados, además del mánager de los Guardians, Terry Francona.