Los fanáticos agitaron una bandera de Alemania y corearon el nombre de Dirk Nowitzki el sábado, cuando pasó sobre la alfombra roja del Symphony Hall, para la ceremonia de exaltación al Salón de la Fama del Basquetbol. En su discurso de ingreso, el expívot de Dallas dijo a sus padres: “Danke”.
Tony Parker le dio un tono más alegre al acto, cuando tomó el escenario.
“Hay muchos franceses en la ciudad, lo siento”, dijo el exarmador de los Spurs de San Antonio.
España estuvo también representada. “Mi familia”, gritó Pau Gasol para referirse a la selección de su país, antes de unirse a lo que bien pudo ser la mejor generación internacional de nuevos miembros en el recinto de Springfield.
“Quiero hacer una mención muy especial a esos primeros europeos que vinieron acá, al otro lado del océano y buscaron una oportunidad”, dijo Gasol, quien se enamoró de este deporte cuando los Juegos Olímpicos de 1992 se realizaron en su natal Barcelona. “Yo tenía 12 años, aquello cambió mi vida. El ‘Dream Team’ nos mostró cómo debía jugarse el baloncesto”.
La generación de 2023 dio un sabor distintivo e internacional al Salón de la Fama.
Nowitzki fue el primer europeo en obtener el premio al Jugador Más Valioso de la NBA en 2007. El trofeo al Jugador Más Valioso en las Finales que Parker recibió un año después fue también el primero para un basquetbolista del Viejo Continente.
En 2002, Gasol fue el primer jugador internacional nombrado el Novato del Año.
Los Spurs estuvieron bien representados también, gracias a su entrenador Gregg Popovich, cinco veces monarca de la NBA, y a Parker, armador en cuatro de esos equipos campeones. Becky Hammon, quien después de una carrera en la WNBA se unió a los Spurs como la primera mujer en fungir como asistente de entrenador, recibió también honores.
En las últimas dos temporadas en las que estuvo saludable, Gasol jugó con los Spurs.
“Todo comenzó con el entrenador Pop”, reconoció Parker.
Otros entronizados fueron Dwyane Wade, pieza clave de tres equipos campeones de la NBA en Miami. Fue recibido con un coro de “Vamos, Heat”, antes de pedir que la la multitud se moderara, porque Popovich había consumido mucho tiempo.
Wade pidió que subieran al escenario sus seres queridos, incluida su esposa, la actriz Gabrielle Union.
“Gracias por aprenderse los nombres de cada árbitro en la NBA y por gritárselos, de modo que yo no tuviera que hacerlo”, dijo. “Me ahorraron mucho dinero en multas”.
Concluyó invitando a su padre Dwyane Wade Sr., a que subiera al escenario.
“Estamos en el Salón de la Fama, papá”, dijo antes de abrazarlo.
Jim Valvano, exentrenador de North Carolina State y quien guio a esa universidad al cetro de la NCAA en 1983 antes de ser comentarista y defensor de la investigación sobre el cáncer, fue exaltado de manera póstuma.
Completaron la generación la selección femenil estadounidense que obtuvo la medalla de plata en 1976; el exentrenador de Purdue, Gene Keady; el extécnico del equipo femenino de Texas A&M, Gary Blair; el perdurable estratega de Amherst, David Hixon, así como Gene Bess, quien ganó 1.300 partidos como entrenador colegial juvenil en el Three Rivers Community College.
Los nuevos miembros recibieron sus anillos y chaquetas del Salón de la Fama el viernes, en una conferencia de prensa. Hammon no asistió porque las Aces jugaban en Las Vegas esa noche. En su discurso, lloró al agradecer a Popovich.
“Yo sabía que no tratabas de ser valiente cuando me contrataste”, dijo. “Cambiaste la trayectoria de mi vida y de muchas otras niñas y jovencitas”.